domingo, 20 de diciembre de 2015

ERNST BEYELER, MARCHANTE Y COLECCIONISTA


El gusto artístico fue el elemento determinante en la formación de una de las mejores colecciones de arte moderno: la colección Beyeler. Al frente de la misma se encontraba Ernst Beyeler quien, además de coleccionista, fue también un destacado marchante y galerista. El Beyeler-coleccionista es inseparable del Beyeler-marchante. Como marchante, llegó a comprar colecciones completas para revenderlas en el mercado. Una de sus adquisiciones más notables fueron los cien cuadros de Paul Klee que compró al coleccionista norteamericano David Thompson. Esto le dio prestigio y publicidad.

Ernst Beyeler

Beyeler no dispuso de los medios económicos de los grandes magnates del coleccionismo de arte. Su presupuesto fue limitado, pero sí tenía una atinada sensibilidad estética, un ojo educado y un decidido entendimiento de la calidad. Partiendo de esta base realizó acertadas decisiones de compra y seleccionó obra de artistas que ya habían pasado la prueba del tiempo o que habían alcanzado cierto renombre. A ello ha de añadirse otro factor clave como fue la amistad personal que le unió con numerosos artistas importantes del siglo XX, lo cual le permitió seleccionar las obras directamente en el estudio, como fue el caso de Pablo Picasso en Mougins.

Beyeler y Picasso en Mougins, año 1969

Estudió literatura, filosofía, economía e historia del arte en la Universidad de Basilea. Sus orígenes profesionales se localizan en una librería de obras antiguas en la que también se vendían grabados y dibujos. Al frente de la misma estaba Oskar Schloss, un judío alemán que se convirtió en el mentor intelectual de Beyeler. Cuando Schloss falleció, Ernst se hizo cargo de la librería y comenzó a sacar más rentabilidad de la venta de obra gráfica que de libros.

A partir del año 1947 Beyeler comenzó a organizar exposiciones en esa antigua librería del centro de Basel, lo que la hizo convertirse en lugar de peregrinación para coleccionistas, artistas y conservadores de museo. Durante los veranos desarrolló unas muestras especiales llamadas Maîtres de l`Art Moderne, de alta calidad y con catálogos. 

Mujer (1907, Picasso)

Ernst y su mujer Hildy fueron, poco a poco, seleccionando entre las adquisiciones de la galería las obras que más les gustaban. La base de su colección se centró fundamentalmente en dos movimientos artísticos: el cubismo y la abstracción. Las dos obras clave que, según él, sirvieron de piedra angular y punto de partida al resto de la colección fueron el óleo de Picasso titulado Mujer, de 1907, y el cuadro de Wassily Kandinsky titulado Improvisación 10, pintado en 1910. La primera, precursora del cubismo; la segunda, del arte abstracto.

La colección Beyeler cuenta con aportaciones imprescindibles a la modernidad internacional: Cézanne, Rousseau, Klee, Ernst, Matisse, Fernand Léger y Piet Mondrian, Bacon, Dubuffet, Baselitz, Pollock, Barnett Newman, Rothko, Frank Stella, Ellworth Kelly, Roy Lichtenstein, Robert Rauschenberg, Andy Warhol,  Baselitz, Kiefer… Entre los pintores españoles, además de Picasso, el favorito de Ernst fue Miró. También cuenta con obra de Tàpies y Chillida. En el ámbito de la escultura destacan Giacometti, Calder, Brancusi y Rodin. Además, la colección posee una selección de arte primitivo constituida por objetos provenientes de África, Alaska y Oceanía.

Improvisación 10 (1910, Wassily Kandinsky)

En el año 1982, se creó la FundaciónBeyeler para evitar un posible desmembramiento de la colección cuando se tuviese que proceder a su legado. Las adquisiciones a partir de ese momento se hicieron pensando sobre todo en reforzar las partes más débiles de la colección.

El conjunto que alberga la Fundación Beyeler se divide en tres partes: el parque Berower; la Villa Berower del siglo XVIII, donde está ubicado el restaurante y la administración, y el museo de Renzo Piano. La colección de arte moderno se localiza en el edificio realizado por el célebre arquitecto. Beyeler no quería que predominara el diseño arquitectónico en detrimento de las obras de arte y abogó por perseguir un equilibrio armónico entre el edificio y la naturaleza del parque de Riehen donde se ubica, un lugar casi rural a las afueras de Basilea. 

Fundación Beyeler

Plano de la Fundación Beyeler

Las obras comenzaron en 1994 y la apertura al público tuvo lugar en el año 1997. Renzo Piano consiguió crear una arquitectura a la altura de las obra de la colección que iba a albergar. El edificio, de 100 metros de largo, está revestido de pórfido rojo y posee un complejo techo de cristal que proporciona a todo la estructura iluminación natural. Además, en uno de sus cuatro muros paralelos, se creó un jardín de invierno con vistas al paisaje de prados y colinas. Según el propio Renzo Piano, la función del museo no puede reducirse a mera "envoltura protectora de las obras, sino que tiene que ser capaz de crear una relación entre la colección y el mundo exterior, permitiendo a los visitantes llevar a cabo una experiencia artística colectiva.”

Fundación Beyeler

Sin duda, Ernst Beyeler ocupa un lugar clave dentro de la institución artística. En 1970 cofundó la feria internacional de arte Art Basel y formó parte de su comité durante muchos años. En Art Basel se dan cita año tras año las principales galerías y los más destacados coleccionistas del mundo. En 1987 la Universidad de Basilea lo invistió con el título honoris causa y en 1998 recibió la orden de Caballero de la Legión de Honor de Francia.

Beyeler falleció en 2010 y su última voluntad fue que se cerrase la galería que tenía en Basilea y que todas las obras de su propiedad se vendiesen en beneficio de la Fundación Beyeler. Trabajos de los más importantes maestros del arte moderno y contemporáneo, (Picasso, Gauguin, Renoir, Toulouse-Lautrec, Matisse, Monet, Kokoschka, Giacometti, Calder, Klee, Léger, Tobey, Stella, Baselitz y Kiefer) salieron a subasta en la casa Christie's de Londres a tal fin.

Ernst y Hildy Beyeler



domingo, 13 de diciembre de 2015

DOS MIRADAS AL COLECCIONISMO: RESPONSABILIDAD CULTURAL CORPORATIVA Y PASIÓN PERSONAL


La quinta edición de la Feria de arte de Oviedo celebrada en la Plaza de Trascorrales del 12 al 15 de noviembre de 2015, desarrolló un programa paralelo en el Museo de Bellas Artes de la capital asturiana centrado en el coleccionismo y su importancia dentro del sistema del arte actual.
La primera de las actividades realizadas fue la mesa redonda titulada “Joven coleccionismo” que contó con la participación de Alicia Ventura, responsable de la colección DKV y directora de Gestión Arte Ventura, y Jaime Sordo, coleccionista y presidente de la Asociación de Coleccionistas de Arte Contemporáneo 9915.

En otra de las sesiones celebradas en el contexto de la feria Alfonso Palacio (director del Museo de Bellas Artes), las galeristas Nuria Fernández y Guillermina Caicoya, el crítico Luis Feás y la artista Consuelo Vallina (presidenta de la Asociación de Artistas Visuales de Asturias) debatieron sobre coleccionismo y el mecenazgo.

Hospital de Dénia - Colección DKV

Alicia Ventura centró su discurso en la importancia del coleccionismo corporativo, actualmente escaso, e instó a la necesidad de retomarlo.
DKV tiene entre sus máximas la “Responsabilidad Cultural Corporativa” porque son plenamente conscientes del importante papel que juega el arte dentro de una institución. La empresa debe ser mecenas y por ello cada una de sus sedes cuenta con un proyecto artístico. El arte es “un elemento humanizador y terapéutico. Es tan necesario como alimentarse bien”, señaló Ventura a lo largo de su intervención. Apoyan al arte joven con becas de producción de obra, adquieren proyectos site-specific por encargo, colaboran en ferias como Estampa o Swab Barcelona y cuentan con una colección de más de quinientas obras que contempla todas las disciplinas artísticas y cuyo comité de selección está integrado por la propia Alicia Ventura, Josep Santacreu y Juan B. Peiró.

I hate red (Instalación de Javier Calleja) - Colección DKV

La Colección DKV obtuvo en el año 2013 el premio “A” al Coleccionismo de la Fundación ARCO en la categoría de Coleccionismo Corporativo. Comenzó a gestarse en el año 2007 con el objetivo de humanizar a través del arte los espacios del Hospital Marina Salud de Dènia y de mejorar la experiencia de los pacientes. Sus fondos se distribuyen ahora por distintas sedes de la compañía y también son la base de un sólido programa de exposiciones temporales es diversos centros de arte estatales. Además de las itinerancias de la propia Colección DKV, la compañía produce exposiciones y proyectos como es el caso de “Perú”, con fotografías de Martín Chambi y Castro Prieto, o “Vidas Minadas” de Gervasio Sánchez.

Vidas minadas, de Gervasio Sánchez

La siguiente charla de la jornada corrió a cargo de Jaime Sordo, propietario de la Colección Los Bragales, que habló distendidamente a los asistentes sobre su absoluta pasión por el arte, su experiencia como coleccionista y sobre el papel que desempeña 9915, la Asociación de Coleccionistas de Arte Contemporáneo que él preside.

Sordo recurrió a Michael Findlay para definir tres aspectos que mueven a todo coleccionista: un sincero amor al arte, las posibilidades de inversión y la promesa social. Sin duda, la pasión y el fuerte impacto emocional ante la obra son características esenciales. Este caldo de cultivo debe ser abonado con una continua formación del coleccionista consistente en visitas a galerías, museos y ferias, así como constantes lecturas de catálogos, prensa especializada, libros y artículos de arte. Todo ello sin olvidar que “lo mejor que le puede pasar a un coleccionista es hablar con otro coleccionista”.

Con ciertas dosis de humor, Jaime definió las que, a su juicio, son las distintas fases por las que pasa ante una obra: ilusión (visionado de la pieza), desilusión (conocimiento de su precio), desequilibrio (toma de decisión ante la posible adquisición) y finalmente suicidio (endeudamiento tras la compra). Coleccionar es, en sus propias palabras, “una forma sana de drogradicción”, lo que recuerda el título del libro de Charles Saatchi en el que se definió a sí mismo como un “artehólico”.

El rapto de Europa, de Óscar Domínguez - Colección Los Bragales

El coleccionista analiza, compra, almacena, conserva, documenta (mediante archivo o bases de datos) y gestiona. Cuando desempeña todas estas tareas puede decirse que “habita en colección”.

La colección Los Bragales es ecléctica en su inicio y generacional. Se compone en un 50 % de pintura y cuenta con un alto porcentaje también de fotografía. En ella podemos encontrar, entre otros, nombres como Vik Muniz, Isaac Julien, Gregory Crewdson, Pierre Gonnord, Nan Goldin, Aino Kannisto, Ellen Kooi, Jaume Plensa, Miquel Barceló, Antón Patiño, Menchu Lamas y Juan Uslé.

Jaime Sordo finalizó su charla alabando la labor de 9915 a la hora de insertar a la figura del coleccionista en la cadena de valor del sistema del arte junto a artistas, críticos, galeristas, marchantes, comisarios… Y señaló también la preocupante situación del coleccionismo español basándose en un estudio sobre mercado del arte que Claire McAndrew desarrolló para la Fundación Arte y Mecenazgo en el que sostiene que éste representa un escaso porcentaje del 0,7 % a nivel mundial y de un 3% a nivel europeo.

La Libertad guiando al pueblo, de Javier Arce - Colección Los Bragales


jueves, 19 de noviembre de 2015

ART AS A STAGE

"Es mucho mejor hacer Arte comercial que Arte por el Arte"

Andy Warhol, Mi filosofía de A a B y de B a A

Andy Warhol

La cultura capitalista reduce la obra de arte a la condición de mercancía. De este modo, la línea divisoria entre cultura y negocio puede llegar a ser muy difusa y, en muchos casos, inexistente. Las escandalosas cifras de las subastas que ocupan los titulares de los periódicos y determinadas  secciones del telediario así lo confirman.
Si el mercado crea las necesidades y orienta los gustos de los consumidores, el arte como mercancía a promocionar se amolda a sus reglas como cualquier otro tipo de producto siendo fundamental la publicidad para reforzar la imagen de marca. Luis Bassat en su best seller titulado “El Libro Rojo de las Marcas” especifica que una marca es algo que identifica, califica y, sobre todo, da un valor añadido al producto tangible. Es decir, que la marca o nombre comercial que un fabricante le pone a un producto, ofrece seguridad y estatus al comprador, añade una validación de su gusto y exige un precio mayor.

Obras de Jeff Koons

En una reciente entrevista al filósofo y crítico de arte Boris Groys se le preguntó acerca de artistas como Jeff Koons o Damien Hirst. La respuesta de Groys fue la siguiente:

Los dos tienen mucho talento, pero han creado una especie de marca de serie que no es más que un producto comercial. Esa marca hace que me parezcan poco interesantes. Es posible analizar marcas como Prada, Vuitton o Gucci. Hay gente que lo hace, sobre todo en EE UU, pero al final lo que decide la fama no es el lenguaje y la interpretación, sino el dinero y la comercialización.”

Jeff Koons, Damien Hirts y Andy Warhol son artistas de marca. Christie`s, Sotheby`s y Phillips de Pury son marcas de casas de subastas. El Moma, la Tate o el Guggenheim son marcas de museos. También hay marchantes y galeristas de marca como Gagosian o Jay Joplin de White Cube y, por último, coleccionistas de marca siendo Charles Saatchi uno de sus principales ejemplos.

Jay Jopli de White Cube

Si artistas, galeristas, marchantes, casas de subastas y coleccionistas deben estar respaldados por una “marca”, si el mercado se reduce a especulación y la obra a  símbolo de estatus, ¿qué queda del arte? ¿tiene más interés la marca que la calidad de la obra?. Entonces… ¿art is a stage? Andy Warhol llegó a afirmar en el año 1984 que era estupendo llegar a su casa y poder quitarse el “traje de Andy”. ¿Es todo este desfile de marcas un auténtico baile de máscaras dentro de esta especie de carnaval del arte?

Dom Thompson, en su archiconocido ensayo “El tiburón de 12 millones de dólares” sentenció: “La motivación que conduce al consumidor a pujar en una casa de subastas de marca, a comprar a un marchante de marca o a decantarse por obras que tienen el certificado de haberse expuesto en un museo de marca, es la misma que impulsa la compra de otros bienes de consumo de lujo.” Es decir, la satisfacción que obtiene el comprador cuando adquiere arte procede de su precio. Cuanto más elevado sea, más valioso se considera el objeto y mayor la gratificación por su compra. Es el conocido como “efecto Veblen” por medio del cual la exclusividad se asocia al precio como reflejo de estatus social y vanagloria de la posesión.

The physical impossibility of death in the mind of someone living (1991, Damien Hirst)

El filósofo, crítico de arte y profesor de la Universidad Autónoma de Madrid Fernando Castro Flórez desarrolló, el 20 de octubre de 2015, una conferencia bajo el título: “La están peinando. Sobreel vértigo de los precios en el arte y la famosa tomadura de pelo”, en el Museo Nicanor Piñole de Gijón dentro del ciclo de charlas “El circuito del arte. Galeristas, marchantes y coleccionistas.”

Castró Flórez criticó duramente la estrategia especulativa de un artista como Damien Hirst quien, el 15 de septiembre de 2008, mientras se producía la caída de Lehman Brothers provocando una de las mayores crisis económicas de nuestra historia reciente, subastaba en Sotheby's las obras de su colección por 140 millones de euros. Para ello analizó las cifras que recoge Don Thompson en el anterior libro citado y en su recientemente publicado ensayo titulado “LaSupermodelo y la Caja de Brillo”, orientando su discurso hacia la glamourización del coleccionismo y la fuerte presencia en el mercado de un coleccionista de marca que está guiando los designios del arte contemporáneo a golpe de talonario ejemplificado en las lucrativas jugadas de figuras como Charles Saatchi y José Mugrabi.

Busto de Stephanie Seymour, de Maurizio Cattelan

Warhol dictaminó hace décadas que l`art pour làrt no aporta nada, que lo fundamental es el arte comercial pues está respaldado por el mercado. Estamos frente a un panorama en el que el valor económico de la obra de arte cobra más importancia que su valor estético. ¿La economía de mercado reescribirá la futura Historia del Arte?. Lo que está claro es que el binomio “procedencia-marketing” se está engullendo a la valoración histórico-artística de las piezas. Ahora importa la marca, la mística del artista, en qué colección o museo ha estado o cuál es el último precio que ha alcanzado en subasta.

Como contrapunto a esta visión feroz de un coleccionismo movido únicamente por el beneficio económico y de estatus, Castro Flórez distinguió el auténtico amor al arte del matrimonio de coleccionistas Herbert y Dorothy Vogel. La pareja, él cartero y ella bibliotecaria, decidieron destinar de manera íntegra uno de los dos salarios a la adquisición de arte contemporáneo. Constituyen un ejemplo de pasión y compromiso por el arte porque, como afirmó el galerista y coleccionista Sidney Janis: “El auténtico coleccionista es un hombre que tiene que comprar cuadro, tanto si puede permitírselo como si no”.

Herbert y Dorothy Vogel

Artículo publicado para Bcollector



lunes, 12 de octubre de 2015

REFLEXIONES SOBRE EL GALERISMO, EL COLECCIONISMO Y LA ECONOMÍA DEL ARTE EN EL MUSEO NICANOR PIÑOLE


“El coleccionista privado compra obras que son relevantes para él, busca obras de arte que le estimulen personalmente ya que, en diálogo con ellas, sus propias energías intelectuales se expanden”

María Corral


Coordinado por Elsa Fernández de la Rosa y Juan Carlos Aparicio Vega, comenzó este pasado jueves 8 de octubre de 2015, un ciclo de conferencias en el Museo Nicanor Piñole de Gijón. Bajo el título “El circuito del Arte: Galeristas, marchantes  y coleccionistas”, diversos expertos en el sector reflexionarán sobre el mercado artístico y el papel dinamizador que las galerías juegan dentro de este ámbito.  


El programa es el siguiente:

Guillermo de Osma

     La primera conferencia, impartida por el historiador del arte y galerista Guillermo de Osma, se centró en el análisis del coleccionismo de arte moderno en la primera mitad del siglo XX español. Unas décadas de atraso cultural y éxodo de lo innovador al país vecino, Francia, con París como destino de muchos artistas entre los que se encontraron figuras como Luis Fernández.

El arte de vanguardia era un arte de minorías y la escasez de un galerismo consolidado propiciaba la inexistencia de una base estable para el desarrollo de un coleccionismo sólido.


Cartel de la exposición cubista de Galería Dalmau

Desnudo bajando la escalera, de Marcel Duchamp

     Dos son los hitos artísticos de la primera mitad de siglo XX: la exposición de 1912 de Pintura Cubista en la Galería Dalmau de Barcelona, entre cuyas obras se exhibió el mítico lienzo Desnudo bajando la escalera (1912) de Marcel Duchamp y, en 1915, la exposición Los Pintores íntegros organizada por Ramón Gómez de la Serna en Madrid, en la que se incluyó a una artista como María Blanchard cuya obra causó el impacto de los académicos y del público conservador.

María Blanchard

     Guillermo de Osma destacó al galerista Dalmau como figura clave en la introducción del arte de vanguardia en nuestro país. Entre sus méritos se cuenta el haber realizado la primera exposición individual de Salvador Dalí y una destacada muestra de Francis Picabia. Sin embargo, y a pesar de desarrollar su interesante trabajo en una ciudad burguesa e industrial próxima a Europa como es Barcelona, se desconoce la formación de ninguna colección de arte contemporáneo de relevancia.

      En relación al coleccionismo de la primera mitad del siglo XX español la información es escasa, aunque sí se pueden destacar los intercambios y regalos de obra que se realizaban entre pintores, poetas e intelectuales del momento. Guillermo de Osma destacó la colección que llegó a reunir el pintor Alfonso de Olivares con obra de Picasso, Juan Gris, Vázquez Díaz… y otros muchos artistas de su generación. A ella hay que añadir la aglutinada por otra figura destaca de la época que se convirtió en eslabón entre la pre y la posguerra: Eduardo Westerdahl. Editor de la Gaceta de Arte, socio de ADLAN Madrid y fundador de ADLAN Tenerife, Westerdahl llegó a conformar en un contexto difícil, de escasas posibilidades y sin apoyo institucional, una colección en la que figuraban nombres como Klee, Miró y Oscar Domínguez.


Exposición Surrealista de Tenerife, año 1935. El tercer hombre empezando
por la izquierda es Eduardo Westerdahl

      La conferencia de Guillermo de Osma se completó con una mesa redonda de debate moderada por Juan Carlos Aparicio Vega, que contó con el propio Guillermo, Amador Fernández (Galería Cornión) y el crítico Ángel Antonio Rodríguez, integrada como actividad complementaria en la XIV Semana de Arte Contemporáneo de Asturias que se celebró del 2 al 10 de octubre de 2015 y cuya dirección corre a cargo de Ángel Antonio. 

Cartel de AlNorte 2015

El resumen de la misma sobre la actual situación del coleccionismo quedó definido en los siguientes puntos calientes:

  • La ausencia histórica de un coleccionismo español consolidado
  • La escasez o casi nulidad del coleccionismo institucional a día de hoy
  • La existencia de un coleccionismo privado irregular
  • La urgencia de la Ley de Mecenazgo




sábado, 27 de junio de 2015

PASO DE GIGANTES O LA BIBLIA PAUPERUM DEL DESPILFARRO

“El paisaje es un elemento clave del bienestar individual y social 
y su protección, gestión y ordenación implican derechos y responsabilidades para todos”

CONVENIO EUROPEO DEL PAISAJE


La ruina emerge como metáfora del fin de toda civilización. Los escombros son síntoma de decadencia y caída. También de nostalgia por un pasado que no va a volver. Constable, Turner, Piranessi, Paul Nash, Graham Sutherland, Tacita Dean… Son muchos los artistas que han visto en este elemento de despojo un motivo para la creación.
En Paso de Gigantes Cristina Ferrández presenta un progress to nowhere a través de fantasmagorías de hormigón que remiten a la historia como un paisaje en ruinas. Partiendo de las tesis de Walter Benjamin este proyecto reclama que el futuro no existe pues se sustenta en un progreso que nos aleja del paraíso perdido.
El Angelus Novus de Ferrández deambula entre escombros silentes producto de la metástasis estructural del sistema. La paradoja del caso es que estas ruinas ya nacieron como tales, no tuvieron una vida y un desarrollo, sino que emergieron muertas. Son ruinas prematuras o latentes de proyectos que nunca llegaron a ser algo y que generan, en palabras de la artista, “espacios de distorsión del paisaje”. Éstos se vinculan a una nueva estética de lo sublime cargada de tintes dramáticos, pues aquí ya no somos meros espectadores sobrecogidos por una naturaleza inabarcable, sino que somos actores de un paisaje que nos habla de un presente cargado de urgencia de futuros.


El crítico Brian Dillon, comisario de la muestra Ruin lust de la Tate Modern y fundador de la revista Parkett afirmó: “Las ruinas son un recordatorio de la realidad universal del colapso y la putrefacción, un aviso llegado desde el pasado sobre el destino de nuestra civilización, un ideal de belleza que resulta atractivo precisamente por sus defectos y fallos, un monumento a los caídos en una guerra antigua o reciente, la imagen precisa del exceso económico y el declive industrial”.
¿De qué nos hablan los cementerios de proyectos de Paso de Gigantes? Estas arquitecturas e infraestructuras inconclusas, deshabitadas o derruidas funcionan a modo de denuncia estética o Biblia pauperum del despilfarro que traduce la ausencia de unas políticas de ordenación territorial que respeten las características paisajísticas del entorno y su realidad social. Asimismo, ejemplifican una colosal e incongruente inversión de fondos públicos.

El paisaje habla del pasado de un territorio, de su presente y, en cierto modo, también anticipa el devenir futuro. Para Joan Nogué “el paisaje tiene una dimensión cultural, patrimonial e identitaria excepcional, sin que ello implique dejar de intervenir y de modificarlo. El paisaje, en efecto, es algo vivo, dinámico y en continua transformación, capaz de integrar y de asimilar con el tiempo elementos que responden a modificaciones territoriales importantes, siempre y cuando estas modificaciones no sean bruscas, ni demasiado impactantes, ni avasallen los elementos básicos que han dado continuidad histórica a aquel paisaje”.
Vivimos en los tiempos hipermodernos definidos por Gilles Lipovetsky. Tiempos de paradojas y de excesos, de tensiones entre lo local y lo global, de fricciones entre la naturaleza y el progreso, y de alteraciones en la concepción espacio-tiempo motivadas por la aceleración generalizada de todos y cada uno de los ámbitos del sistema. Una consecuencia directa son las transformaciones en la morfología de muchos paisajes que se producen de manera rápida, casi voraz y, por ello, difícil de asumir. El problema surge cuando estos cambios son tan radicales que cuestionan la identidad de muchos lugares. Se puede intervenir pero sin destruir. La raíz de la cuestión no está en la oposición al progreso ni en la apología a un paisaje prístino, sino en no echar a perder la fisonomía de un territorio ni rebajar su calidad estética.
El peligro de no amortiguar las intervenciones abrasivas en el medio puede dar lugar a “paisajes aterritoriales o paisajes en huelga” como ha definido el geógrafo Francesc Muñoz, o a “territorios sin discurso y paisajes sin imaginario”, como sostiene el ya citado Nogué. Es decir, escenarios de formas estandarizadas vinculadas al consumo, al negocio y a la especulación.
Si los no lugares de Marc Augé se han convertido con el devenir de los tiempos en espacios de pleno significado antropológico para determinados grupos sociales, ¿qué ocurre con los edificios sin uso, las autopistas sin coches y los aeropuertos sin aviones?, ¿qué lugar ocupan las infraestructuras y los edificios que presenta Paso de Gigantes?, ¿son los nuevos no lugares hasta que en su acontecer adquieran otros significados o simplemente vivirán como ruina hasta su desaparición?.


La protección, gestión y ordenación del territorio implica derechos y responsabilidades. El Consejo de Europa elaboró en Florencia en el año 2000 el Convenio Europeo del Paisaje, un documento-declaración de intenciones que pretende poner en valor el papel relevante que el paisaje tiene y ha tenido en la formación, consolidación y mantenimiento de identidades territoriales. El Convenio se refiere a la  “gestión de los paisajes” como a aquellas “acciones encaminadas, desde una perspectiva de desarrollo sostenible, a garantizar el mantenimiento regular de un paisaje, con el fin de guiar y armonizar las transformaciones inducidas por los procesos sociales, económicos y medioambientales”.
Las autoridades públicas competentes son plenamente responsables de llevar a cabo una  gestión prudente en materia de políticas paisajísticas y de ordenación del territorio. Lamentablemente andamos escasos de sensibilidad paisajística y existe mucha mano larga y despilfarradora. Si «el paisaje es un estado del alma», como dejó escrito el pensador francés Henry-Fréderic Amiel, está claro que las imágenes que recoge Paso de Gigantes nos hablan de la existencia a nuestro alrededor de muchas almas sin ética ni estética.

Paso de Gigantes en LABoral Centro de Arte




Paso de Gigantes de gana el  Certamen Nacional de Arte de Luarca




lunes, 22 de junio de 2015

ESTRADA, CUADERNOS DE VIAJE




“Las palabras son el mapa, no el territorio”, escribió el filósofo polaco Alfred Korzybski. Si es así: ¿es posible contar el viaje? A esa pregunta quiere enfrentarse esta obra, que se vale de un collage de mapas de distintas ciudades y de un puñado de palabras para indagar en la relación entre el espacio y el símbolo, entre el desplazamiento y el relato, entre la vivencia y la poesía. Un diario de bitácora sobre cómo se construye el viaje a través de cómo se cuenta.

LAURA CASIELLES

Cuaderno de Viaje de Laura Casielles

       La idea de viaje que aporta la poeta Laura Casielles se recoge en un acordeón de papel. El plisado de su cuaderno invita al espectador a recorrer con la mirada cada milímetro del pliego. Si buscamos con detenimiento descubrimos mundos particulares conformados por palabras y por fragmentos de mapas. Océanos, mares, núcleos de población, vastas extensiones territoriales y caminos, nombres de ciudades, calles y monumentos.
Cuando uno inicia un viaje parte de un origen y va hacia un destino. Algunos tienen vuelta, otros no. Para Laura el viaje es su crónica y no tanto el recorrido espacial, es el ensamblaje de palabras vividas más que el collage cartográfico.
El collage aúna materiales encontrados, corta y pega de objets trouvés, de planos y mapamundis supeditados a la fuerza de los términos y de las frases superpuestas. No hay límites territoriales, no hay fronteras espaciales, las palabras no poseen barreras físicas. Las palabras son evocadoras, traducen sentimientos y tienen más fuerza expresiva que la topografía, que unas curvas de nivel o una planimetría urbana.
La poeta indaga en el poder del vocablo sobre el símbolo en relación a la construcción del viaje. Su cuaderno se convierte así en una travesía léxica que sustituye a una tradicional geografía de sitios y de lugares cuya esencia y último significado radicaría en el relato que los acompaña.

Detalle del Cuaderno de Viaje de Laura Casielles


Proyecto ESTRADA, CUADERNOS DE VIAJE


Noticias:

El Centro de Cultura Antiguo Instituto de Gijón acoge el proyecto "Estrada. Cuadernos de viaje"

martes, 19 de mayo de 2015

CÉSAR LACALLE: LA CIUDAD COMO NO LUGAR


GLOBAL CITY de César Lacalle en el Centro Cultural Pablo Ruiz Picasso

Fechas: 29.05.15 - 17.06.15
C/ Iglesia, 12
           28770 - Colmenar Viejo
Horario: De lunes a viernes: De 10:00 a 14:00 y de 17:30 a 21:00 h.
Sábados, de 10:00 a 14:00 h.

La exposición se engloba dentro el Año Foto Colmenar 2015

No Name City

La ciudad global se convierte en leitmotiv del trabajo fotográfico de César Lacalle. Como un sociólogo analiza su entorno a través de la cámara dando lugar a una obra que conjuga de manera equitativa el componente visual y discursivo.  

Para Lacalle la urbe deviene en objeto fundamental de investigación y práctica artística como consecuencia de su absorción por las transformaciones aceleradas y la superabundacia de acontecimientos del mundo contemporáneo. Es la situación de “sobremodernidad” sobre la que reflexionó Marc Augé. El antropólogo afirmó que la citada “sobremodernidad” es productora de no lugares, de espacios que no son en sí lugares antropológicos sino lugares de tránsito y de ocupaciones provisionales: supermercados, centros comerciales, grandes cadenas hoteleras, aeropuertos, parques de recreo… Espacios dominados por la homogeneización y la estandarización. Son los ámbitos que habita el “hombre heterodirigido” que menciona Umberto Eco en su obra  Apocalípticos e integrados, refiriéndose al sujeto que sufre las coacciones globales de la sociedad moderna.

No Name City

Así, la “global city” que muestra César Lacalle es sinónimo de uniformidad en las arquitecturas, las tiendas y comercios, los productos que se consumen, las modas e incluso en las personas. En sus proyectos fotográficos Adyton, No Name City y 101 Faces, la ciudad global se presenta como un no lugar.

Los escenarios asépticos de Adyton muestran una arquitectura estándar que puede localizarse en cualquier capital mundial al igual que los edificios de fachadas acristaladas de No Name City. En esta serie, la figura humana es una pieza más del puzzle de la escenografía urbana. Como alienados individuos procedentes de la pintura de Hopper o al modo de los vaciados escultóricos de George Segal, los habitantes de las urbes captadas por Lacalle aluden al “ciudadano global”.

Adyton

Manhattan, Shanghai, París, Madrid… Urbes metropolitanas e hitos de un work in progress titulado 101 Faces, un trabajo en el que, por medio del retrato urbano a pie de calle, el fotógrafo refleja la pérdida de las idiosincrasias locales como resultado directo del proceso globalizador. Así, ante un fondo neutro, comienza el desfile de personas de distintas edades y sexos. Todas ellas llevan ropas, peinados o complementos que pueden encontrarse en cualquier lugar del planeta. La identidad del individuo también se globaliza.

101 Faces in Manhattan

El sistema busca generar productos indiferenciados y la anulación de la alteridad. Lo diferente perturba y no se adapta con tanta docilidad  al ciclo acelerado del capital. La distribución urbana, los edificios y los individuos constituyen elementos funcionales del sistema. Vivimos tiempos de una estetización anestésica que todo lo iguala. Es la sociedad de la transparencia sobre la que teoriza el filósofo Byung-Chul Han, que insiste en que “las cosas se vuelven transparentes cuando son despojadas de su singularidad”. Y sentencia: “la sociedad de la transparencia es un infierno de lo igual”. La uniformidad de la global city de César Lacalle avanza por esa senda de la transparencia.

No Name City

Web de César Lacalle

Repercusión en medios de comunicación: