martes, 28 de abril de 2015

LA ESTÉTICA DE LO PINTORESCO: ORIGEN, DESARROLLO Y REPERCUSIÓN CONTEMPORÁNEA

“El hombre que se enfrenta a la naturaleza en forma de paisaje ya no vive en la naturaleza sin reflexión. Se ha alienado de ella y ya solo puede formar una unidad con ella en la mediación estética”

NORBERT WOLF

Lo pintoresco agrada y la variedad es una de sus características fundamentales. ¿A qué nos referimos exactamente cuando empleamos este término para designar algo? Pintoresco puede tener dos acepciones. Por un lado, remite a una cualidad formal de lo pictórico, aludiendo al color, la luz o la sombra. Por otro, se asocia a aquello (sea un objeto o un paisaje) que presenta una determinada cualidad que atrae y seduce a los sentidos y que por ello merece ser pintado.

El concepto de lo pintoresco como categoría de la experiencia estética se desarrolló a comienzos del siglo XVIII, empleándose para designar especialmente a la pintura de paisaje. Su origen remoto se sitúa en el Manierismo, en la figura de Jerónimo Cardano (1501 – 1576) quien teorizó sobre el arte a partir de la subtilitas, una noción que haría referencia a todo aquello complejo e intrincado, difícil de percibir por los sentidos o por la razón. Dicha dificultad de conocimiento no constituye un obstáculo para experimentar placer sino que el hombre alcanza una mayor satisfacción estética cuando logra captar algo que es difícil de percibir, derivando el placer del reto que supone superar la adversidad. Además de la sutilidad o subtilitas, como anticipo de la estética prerromantiscista que vira hacia el subjetivismo, en el Alto Renacimiento aparece también el concepto de lo grotesco, que alude a lo extraño, lo extravagante, lo novedoso y lo original, aquello que se aparta de la norma estética convencional.

Los cimientos de la estética contemporánea descansan en la Gran Bretaña del siglo XVIII al amparo del Empirismo, una corriente filosófica surgida en el siglo anterior que aunó a pensadores de distintas orientaciones cuyo nexo común fue la importancia que otorgaron al conocimiento y a la experiencia sensible frente a lo racional. El gusto como facultad estética y el análisis de la belleza, lo sublime y lo pintoresco como fuentes del placer sensitivo, se convirtieron en materia clave de reflexión. A partir de ese momento, el centro de interés de los temas estéticos se desplazó del objeto al sujeto y a los sentimientos que en él se despiertan tras la contemplación del objeto en cuestión. Este aspecto es fundamental en el arte actual y su interacción con el público contemporáneo, del que cada vez se requiere una mayor participación tanto física como intelectual para aproximarse a las obras de arte.
                                                                                                                 
Joseph Addison (1672-1719) fundó la estética prerromántica a través de ensayos para el periódico The Spectator (1711-1712). En su obra The Pleasures of the Imagination reflexionó sobre la imaginación entendida como facultad estética y sobre las fuentes del placer estético: la belleza, la grandeza y la singularidad. Con ello sentó las bases de las tres poéticas que el Romanticismo desarrolló más adelante: lo bello, lo sublime y lo pintoresco. Ésta última noción excluye al espectador de la monotonía, el tedio y la rutina mediante la sorpresa, la curiosidad y la novedad.
El concepto de lo singular de Addison fue retomado por el pintor y grabador inglés William Hogarth, quien en su obra The Analysis of Beauty (1753) consideró que la variedad y la complejidad proporcionan placer estimulando la mente del sujeto observador. Tales fines se conseguirían a través de las líneas ondulada y serpentina.
Siguiendo esta estela, William Gilpin (1724-1804) en sus Three Essays on Picturesque Beauty, on Picturesque Travel and on Sketching Landscape (1792), caracterizó lo pintoresco como aquello que tiene la capacidad de complacer sensorialmente y la cualidad de poder ser representado pictóricamente. Sus principales atributos serían, de nuevo, la variedad y la irregularidad como base para crear diferentes formas, contrastes de luz y sombra y gradaciones de color. Para Gilpin la interpretación pictórica del paisaje está estrechamente ligada a la idea de ruina considerando que, si fuera necesario, el artista debería arruinar todo edificio representado para que éste ganase en pintoresquismo.



Apuntes de William Gilpin

           Las teorizaciones sobre lo pintoresco se prolongaron vía ensayos como An Analytical Enquiry into the Principles of Taste (1805) de Richard Payne Knight, y An Essay on the Picturesque as Compared with the Sublime and the Beautiful (1794), de Uvedale Price. Las ideas de Price sobre este concepto fueron punto de referencia para artistas del siglo XX como Robert Smithson, uno de los principales representantes del Land Art.
El Land Art es una manifestación artística de carácter procesual que surge en Estados Unidos a finales de la década de los sesenta del siglo XX y luego se extiende internacionalmente. Consiste en realizar acciones sobre un territorio o espacio natural que tendrán un carácter efímero ya que el resultado es modificado continuamente por los agentes atmosféricos. La capacidad destructora de la naturaleza, símbolo de la fugacidad, ya había sido máxima del pensamiento de Gilpin y de su idea de lo pintoresco vinculado a la ruina.



Monumentos de Passaic

Smithson publicó en 1967 en la revista Artforum un artículo titulado “Los Monumentos de Passaic. ¿Ha sustituido Passaic a Roma como Ciudad Eterna?”. Este texto surgió como consecuencia de un viaje a Paissac, su pueblo natal localizado al noroeste de Nueva York y durante el cual realizó fotografías. En él se aprecia una sensibilidad próxima a la de Price o Gilpin, presentando de manera descriptiva un paseo pintoresco por este paraje periférico afectado por la industrialización.
Smithson se interesó por los paisajes antropizados, degradados por la mano del hombre, materializándose sus ideas en obras como Spiral Jetty, construida en un mar desecado, o Broken Circle y Spiral Hill, ambas en una cantera de arena.  La estética de estas intervenciones tiene su precedente en textos como Essay on the Picturesque de Price: 

“El aspecto de una lisa colina verde, desgarrada por torrentes, puede en principio considerarse  con mucha propiedad como deformada, y por el mismo principio, aunque no con la misma impresión, como una cuchillada en un animal vivo. Cuando la crudeza de una cuchillada así en la tierra se suaviza, y en parte se oculta y adorna por los efectos del tiempo y del aumento de la vegetación, la deformidad, por este proceso natural, se convierte en pintoresco; y esto es lo que sucede con las canteras, con las minas etc., que al principio son deformidades y que, en su estado más pintoresco, son consideradas como tales por un aprendiz de topografía”.


Spiral Jetty (1970, Robert Smithson)

La estética de lo pintoresco repercute en otros artistas del Land Art. Richard Long extrae materiales de la naturaleza y los ordena en espacios interiores de galerías y museos. Así, el aspecto fundamental de estas obras se centra en las expediciones en las que recolecta ramas y piedras que va encontrando. Caminar y recolectar para Long son dos maneras de acercarse al paisaje y en su trabajo esta parte procesual previa, que podría calificarse de paseo pintoresco, es el aspecto clave.

Cotopaxi cicle (Along a twelve day walk in Ecuador, 1998, Richard Long)

Rafael Argullol señaló que “el paisajismo romántico lejos de ser una genérica pintura de paisaje, es primordialmente la representación artística de una determinada comprensión y aprehensión de la naturaleza. Es un  marco que trasciende lo puramente físico”. Lo pintoresco supone una nueva relación del individuo con el espacio, un cara a cara del hombre con la naturaleza del cual surge una conexión emocional que tiene como base una estética subjetivista. 
En el Land Art el concepto de lo pintoresco y su relación con la naturaleza avanzan un paso más. El paisaje, además de motivo artístico, pasa a convertirse en material plástico pues, como afirmó Andy Goldsworthy, “la obra es el lugar”.



Artículo publicado para la revista Arte Sie7e
http://www.revistaartesie7e.com/


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