domingo, 20 de diciembre de 2015

ERNST BEYELER, MARCHANTE Y COLECCIONISTA


El gusto artístico fue el elemento determinante en la formación de una de las mejores colecciones de arte moderno: la colección Beyeler. Al frente de la misma se encontraba Ernst Beyeler quien, además de coleccionista, fue también un destacado marchante y galerista. El Beyeler-coleccionista es inseparable del Beyeler-marchante. Como marchante, llegó a comprar colecciones completas para revenderlas en el mercado. Una de sus adquisiciones más notables fueron los cien cuadros de Paul Klee que compró al coleccionista norteamericano David Thompson. Esto le dio prestigio y publicidad.

Ernst Beyeler

Beyeler no dispuso de los medios económicos de los grandes magnates del coleccionismo de arte. Su presupuesto fue limitado, pero sí tenía una atinada sensibilidad estética, un ojo educado y un decidido entendimiento de la calidad. Partiendo de esta base realizó acertadas decisiones de compra y seleccionó obra de artistas que ya habían pasado la prueba del tiempo o que habían alcanzado cierto renombre. A ello ha de añadirse otro factor clave como fue la amistad personal que le unió con numerosos artistas importantes del siglo XX, lo cual le permitió seleccionar las obras directamente en el estudio, como fue el caso de Pablo Picasso en Mougins.

Beyeler y Picasso en Mougins, año 1969

Estudió literatura, filosofía, economía e historia del arte en la Universidad de Basilea. Sus orígenes profesionales se localizan en una librería de obras antiguas en la que también se vendían grabados y dibujos. Al frente de la misma estaba Oskar Schloss, un judío alemán que se convirtió en el mentor intelectual de Beyeler. Cuando Schloss falleció, Ernst se hizo cargo de la librería y comenzó a sacar más rentabilidad de la venta de obra gráfica que de libros.

A partir del año 1947 Beyeler comenzó a organizar exposiciones en esa antigua librería del centro de Basel, lo que la hizo convertirse en lugar de peregrinación para coleccionistas, artistas y conservadores de museo. Durante los veranos desarrolló unas muestras especiales llamadas Maîtres de l`Art Moderne, de alta calidad y con catálogos. 

Mujer (1907, Picasso)

Ernst y su mujer Hildy fueron, poco a poco, seleccionando entre las adquisiciones de la galería las obras que más les gustaban. La base de su colección se centró fundamentalmente en dos movimientos artísticos: el cubismo y la abstracción. Las dos obras clave que, según él, sirvieron de piedra angular y punto de partida al resto de la colección fueron el óleo de Picasso titulado Mujer, de 1907, y el cuadro de Wassily Kandinsky titulado Improvisación 10, pintado en 1910. La primera, precursora del cubismo; la segunda, del arte abstracto.

La colección Beyeler cuenta con aportaciones imprescindibles a la modernidad internacional: Cézanne, Rousseau, Klee, Ernst, Matisse, Fernand Léger y Piet Mondrian, Bacon, Dubuffet, Baselitz, Pollock, Barnett Newman, Rothko, Frank Stella, Ellworth Kelly, Roy Lichtenstein, Robert Rauschenberg, Andy Warhol,  Baselitz, Kiefer… Entre los pintores españoles, además de Picasso, el favorito de Ernst fue Miró. También cuenta con obra de Tàpies y Chillida. En el ámbito de la escultura destacan Giacometti, Calder, Brancusi y Rodin. Además, la colección posee una selección de arte primitivo constituida por objetos provenientes de África, Alaska y Oceanía.

Improvisación 10 (1910, Wassily Kandinsky)

En el año 1982, se creó la FundaciónBeyeler para evitar un posible desmembramiento de la colección cuando se tuviese que proceder a su legado. Las adquisiciones a partir de ese momento se hicieron pensando sobre todo en reforzar las partes más débiles de la colección.

El conjunto que alberga la Fundación Beyeler se divide en tres partes: el parque Berower; la Villa Berower del siglo XVIII, donde está ubicado el restaurante y la administración, y el museo de Renzo Piano. La colección de arte moderno se localiza en el edificio realizado por el célebre arquitecto. Beyeler no quería que predominara el diseño arquitectónico en detrimento de las obras de arte y abogó por perseguir un equilibrio armónico entre el edificio y la naturaleza del parque de Riehen donde se ubica, un lugar casi rural a las afueras de Basilea. 

Fundación Beyeler

Plano de la Fundación Beyeler

Las obras comenzaron en 1994 y la apertura al público tuvo lugar en el año 1997. Renzo Piano consiguió crear una arquitectura a la altura de las obra de la colección que iba a albergar. El edificio, de 100 metros de largo, está revestido de pórfido rojo y posee un complejo techo de cristal que proporciona a todo la estructura iluminación natural. Además, en uno de sus cuatro muros paralelos, se creó un jardín de invierno con vistas al paisaje de prados y colinas. Según el propio Renzo Piano, la función del museo no puede reducirse a mera "envoltura protectora de las obras, sino que tiene que ser capaz de crear una relación entre la colección y el mundo exterior, permitiendo a los visitantes llevar a cabo una experiencia artística colectiva.”

Fundación Beyeler

Sin duda, Ernst Beyeler ocupa un lugar clave dentro de la institución artística. En 1970 cofundó la feria internacional de arte Art Basel y formó parte de su comité durante muchos años. En Art Basel se dan cita año tras año las principales galerías y los más destacados coleccionistas del mundo. En 1987 la Universidad de Basilea lo invistió con el título honoris causa y en 1998 recibió la orden de Caballero de la Legión de Honor de Francia.

Beyeler falleció en 2010 y su última voluntad fue que se cerrase la galería que tenía en Basilea y que todas las obras de su propiedad se vendiesen en beneficio de la Fundación Beyeler. Trabajos de los más importantes maestros del arte moderno y contemporáneo, (Picasso, Gauguin, Renoir, Toulouse-Lautrec, Matisse, Monet, Kokoschka, Giacometti, Calder, Klee, Léger, Tobey, Stella, Baselitz y Kiefer) salieron a subasta en la casa Christie's de Londres a tal fin.

Ernst y Hildy Beyeler



domingo, 13 de diciembre de 2015

DOS MIRADAS AL COLECCIONISMO: RESPONSABILIDAD CULTURAL CORPORATIVA Y PASIÓN PERSONAL


La quinta edición de la Feria de arte de Oviedo celebrada en la Plaza de Trascorrales del 12 al 15 de noviembre de 2015, desarrolló un programa paralelo en el Museo de Bellas Artes de la capital asturiana centrado en el coleccionismo y su importancia dentro del sistema del arte actual.
La primera de las actividades realizadas fue la mesa redonda titulada “Joven coleccionismo” que contó con la participación de Alicia Ventura, responsable de la colección DKV y directora de Gestión Arte Ventura, y Jaime Sordo, coleccionista y presidente de la Asociación de Coleccionistas de Arte Contemporáneo 9915.

En otra de las sesiones celebradas en el contexto de la feria Alfonso Palacio (director del Museo de Bellas Artes), las galeristas Nuria Fernández y Guillermina Caicoya, el crítico Luis Feás y la artista Consuelo Vallina (presidenta de la Asociación de Artistas Visuales de Asturias) debatieron sobre coleccionismo y el mecenazgo.

Hospital de Dénia - Colección DKV

Alicia Ventura centró su discurso en la importancia del coleccionismo corporativo, actualmente escaso, e instó a la necesidad de retomarlo.
DKV tiene entre sus máximas la “Responsabilidad Cultural Corporativa” porque son plenamente conscientes del importante papel que juega el arte dentro de una institución. La empresa debe ser mecenas y por ello cada una de sus sedes cuenta con un proyecto artístico. El arte es “un elemento humanizador y terapéutico. Es tan necesario como alimentarse bien”, señaló Ventura a lo largo de su intervención. Apoyan al arte joven con becas de producción de obra, adquieren proyectos site-specific por encargo, colaboran en ferias como Estampa o Swab Barcelona y cuentan con una colección de más de quinientas obras que contempla todas las disciplinas artísticas y cuyo comité de selección está integrado por la propia Alicia Ventura, Josep Santacreu y Juan B. Peiró.

I hate red (Instalación de Javier Calleja) - Colección DKV

La Colección DKV obtuvo en el año 2013 el premio “A” al Coleccionismo de la Fundación ARCO en la categoría de Coleccionismo Corporativo. Comenzó a gestarse en el año 2007 con el objetivo de humanizar a través del arte los espacios del Hospital Marina Salud de Dènia y de mejorar la experiencia de los pacientes. Sus fondos se distribuyen ahora por distintas sedes de la compañía y también son la base de un sólido programa de exposiciones temporales es diversos centros de arte estatales. Además de las itinerancias de la propia Colección DKV, la compañía produce exposiciones y proyectos como es el caso de “Perú”, con fotografías de Martín Chambi y Castro Prieto, o “Vidas Minadas” de Gervasio Sánchez.

Vidas minadas, de Gervasio Sánchez

La siguiente charla de la jornada corrió a cargo de Jaime Sordo, propietario de la Colección Los Bragales, que habló distendidamente a los asistentes sobre su absoluta pasión por el arte, su experiencia como coleccionista y sobre el papel que desempeña 9915, la Asociación de Coleccionistas de Arte Contemporáneo que él preside.

Sordo recurrió a Michael Findlay para definir tres aspectos que mueven a todo coleccionista: un sincero amor al arte, las posibilidades de inversión y la promesa social. Sin duda, la pasión y el fuerte impacto emocional ante la obra son características esenciales. Este caldo de cultivo debe ser abonado con una continua formación del coleccionista consistente en visitas a galerías, museos y ferias, así como constantes lecturas de catálogos, prensa especializada, libros y artículos de arte. Todo ello sin olvidar que “lo mejor que le puede pasar a un coleccionista es hablar con otro coleccionista”.

Con ciertas dosis de humor, Jaime definió las que, a su juicio, son las distintas fases por las que pasa ante una obra: ilusión (visionado de la pieza), desilusión (conocimiento de su precio), desequilibrio (toma de decisión ante la posible adquisición) y finalmente suicidio (endeudamiento tras la compra). Coleccionar es, en sus propias palabras, “una forma sana de drogradicción”, lo que recuerda el título del libro de Charles Saatchi en el que se definió a sí mismo como un “artehólico”.

El rapto de Europa, de Óscar Domínguez - Colección Los Bragales

El coleccionista analiza, compra, almacena, conserva, documenta (mediante archivo o bases de datos) y gestiona. Cuando desempeña todas estas tareas puede decirse que “habita en colección”.

La colección Los Bragales es ecléctica en su inicio y generacional. Se compone en un 50 % de pintura y cuenta con un alto porcentaje también de fotografía. En ella podemos encontrar, entre otros, nombres como Vik Muniz, Isaac Julien, Gregory Crewdson, Pierre Gonnord, Nan Goldin, Aino Kannisto, Ellen Kooi, Jaume Plensa, Miquel Barceló, Antón Patiño, Menchu Lamas y Juan Uslé.

Jaime Sordo finalizó su charla alabando la labor de 9915 a la hora de insertar a la figura del coleccionista en la cadena de valor del sistema del arte junto a artistas, críticos, galeristas, marchantes, comisarios… Y señaló también la preocupante situación del coleccionismo español basándose en un estudio sobre mercado del arte que Claire McAndrew desarrolló para la Fundación Arte y Mecenazgo en el que sostiene que éste representa un escaso porcentaje del 0,7 % a nivel mundial y de un 3% a nivel europeo.

La Libertad guiando al pueblo, de Javier Arce - Colección Los Bragales